Santuario de Wari Willka o Warivilca
en Huancan
Santuario considerado como la Pacarina o lugar de origen de los Huancas. Su hegemonía data del Horizonte Medio, en el que el Estado Wari desarrolló una política imperial en casi la mayor parte del actual territorio peruano. Su estructura arquitectónica principal es denominada ?Santuario o Adoratorio?, aunque en realidad se trata de una ciudadela grande cuya magnitud aún falta delimitar.

UBICACIÓN
Ubicado en el Anexo de Huari, a 6 km al sur de Huancayo en el distrito de Huancán, provincia de Huancayo.
HORARIO DE VISITA
Todo el Año De 8:00 a. m. - 5:00 p. m.
INFORMACIÓN
Wariwillka significa antiguo santuario o adoratorio y proviene de dos voces quechuas: wari: antiguo, remoto y willka: santuario, adoratorio.
Ubicado en el Anexo de Huari, a 6 km al sur de Huancayo en el distrito de Huancán, provincia de Huancayo.
HORARIO DE VISITA
Todo el Año De 8:00 a. m. - 5:00 p. m.
INFORMACIÓN
Wariwillka significa antiguo santuario o adoratorio y proviene de dos voces quechuas: wari: antiguo, remoto y willka: santuario, adoratorio.
Se denomina Santuario de Wariwillka a los restos arqueológicos de una población que existió entre los años 900 y 1200 d. C. (horizonte medio) y es considerado como la pacarina o lugar de origen de la Nación Wanka ya que, según la leyenda, del pequeño manantial que existe aun en el lugar, surgió la primera pareja de esta etnia. El varón se llamó Imapucarancápia y la dama, su pareja, se llamó Uruchumbe.
Según datos de los cronistas españoles, en el santuario existía un ídolo que representaba al dios Wamani (dios de la tierra y de los montes) el mismo que, según indican, estaba enterrado hasta la mitad y era de color negro.
Estas características hicieron creer a los españoles que se trataba de un dios de las profundidades por lo que Fray Vicente Valverde ordena su destrucción en 1534 y saquea el santuario.
Este proceso de destrucción no acabaría aquí ya que a continuación fue arrasado por Manco Inca, hacia 1537, en represalia por la actitud colaboracionista que tuvieron los wankas con los españoles.
Este importante centro arqueológico fue descubierto en 1935 por Federico Gálvez Durand y reconstruido por el Dr. Ramiro Matos en 1954.
La estructura arquitectónica principal, del santuario o adoratorio, consiste en una construcción de piedra y barro de forma cuadrangular de 46 m de ancho por 48 m de largo y 5 m de alto, con gruesos muros de 1.8 m de ancho y estrechos pasadizos entre ellos, los mismos que servían como celdas para encerrar a las víctimas, tanto personas, animales así como para guardar las ofrendas que servían para el sacrificio al dios Wanka.
Según datos de los cronistas españoles, en el santuario existía un ídolo que representaba al dios Wamani (dios de la tierra y de los montes) el mismo que, según indican, estaba enterrado hasta la mitad y era de color negro.
Estas características hicieron creer a los españoles que se trataba de un dios de las profundidades por lo que Fray Vicente Valverde ordena su destrucción en 1534 y saquea el santuario.
Este proceso de destrucción no acabaría aquí ya que a continuación fue arrasado por Manco Inca, hacia 1537, en represalia por la actitud colaboracionista que tuvieron los wankas con los españoles.
Este importante centro arqueológico fue descubierto en 1935 por Federico Gálvez Durand y reconstruido por el Dr. Ramiro Matos en 1954.
La estructura arquitectónica principal, del santuario o adoratorio, consiste en una construcción de piedra y barro de forma cuadrangular de 46 m de ancho por 48 m de largo y 5 m de alto, con gruesos muros de 1.8 m de ancho y estrechos pasadizos entre ellos, los mismos que servían como celdas para encerrar a las víctimas, tanto personas, animales así como para guardar las ofrendas que servían para el sacrificio al dios Wanka.
En el interior de la construcción, hacia el extremo noreste, se encuentran dos imponentes árboles de molle (Schinus molle), bastante grandes para su especie, en cuyas raíces, según la leyenda, se vertía la sangre de los sacrificados. Asimismo en el lugar se encuentran los vestigios de una poza o fuente de purificación.
En el exterior, hacia el extremo sur oeste y aflorando desde el subsuelo del santuario se encuentra el manantial o curso de agua donde dicen que salió la primera pareja wanka y está rodeado de una pequeña construcción de piedras en la que se realizaba el pagapu wanka (pago a la tierra) que, como indica Guamán Poma de Ayala, consistía en ofrendar a su dios plata, quichicalla, piedra imán, cinco niños, pacos (alpacas) ají, lana de colores, los que eran ofrecidos una vez al año.
Según creencia de los lugareños, aquel que bebe de estas aguas y es infiel morirá. Asimismo, para evitar el mal aire, los naturales recomiendan coger un poco de agua, en dirección de la corriente, y echárselo en la nuca.
El santuario ocupa el talud derecho de una plataforma y sus complementos arquitectónicos, restos de la ciudadela, terminan en la misma margen del río Chanchas.
Este santuario fue construido en el lugar que fuera el centro de intercambio comercial entre los pueblos de Huancavelica, Ayacucho y el Valle del Mantaro con la costa central del Perú.
UN POCO DE HISTORIA
Huarivilca surgió en el período del Horizonte Medio, bajo influjo de los huari, quienes la erigieron como uno de sus centros administrativos provinciales, hacia el siglo VIII. Fue también uno de los centros principales de los Huancas, etnia que conformó uno de los tantos estados regionales que surgieron tras el colapso del imperio huari y que se desarrolló durante el Intermedio Tardío. El santuario, según tradiciones recogidas por los españoles, era sede de la pacarina o fuente de donde surgió la primera pareja que dio origen a la nación huanca. Cuenta con un Museo de Sitio.
Fue una construcción huari levantada entre los años 800 d. C. y 1200 d. C.3 Según una leyenda, del manantial sagrado que brotaba de este adoratorio surgió la primera pareja huanca:
Los Huancas formaron una nación muy numerosa y aguerrida. En el santuario se adoraba al dios Huamani, bajo forma de un ídolo de piedra negra enterrado a medio cuerpo, al que los feligreses daban ofrendas y hacían consultas (oráculos). Cuando los incas conquistaron la región, mandaron construir un gran templo al Sol, aunque permitieron que continuara funcionando el santuario de Huarihuilca al que reconstruyeron con una arquitectura mixta (inca-huanca).
Cuando los españoles arribaron al valle en 1534, el ídolo fue destruido por el sacerdote español Vicente de Valverde, pues según la interpretación cristiano-católica era una representación del demonio. El lugar fue abandonado y quedó cubierto de herbazales y maleza, y así lo encontró Pedro Cieza de León cuando pasó por el lugar hacia 1545. Los extirpadores de idolatrías del siglo XVI lo clausuraron definitivamente aunque los lugareños continuaron furtivamente realizando sus rituales de origen prehispánico.
Fue unaConstrucción wari levantada entre los años 800 d. C. y 1200 d. C.[1] Era considerado como un 'Manantial Sagrado y de Adoratorio' del cual según una leyenda surgieron la primera pareja huanca:
El primer hombre huanca: Inapucarancápia.
La primera mujer huanca: Uruchumbe.
Fue destruida en 1534, por el sacerdote español Valverde, y luego reconstruida ante la llegada de los incas con una arquitectura mixta (inca-huanca). Esta construcción destaca por su doble muro que eran celdas para las víctimas del sacrificio al dios huanca.
Dentro de esta construcción se encuentra 2 imponentes árboles de molle, también se encontraba una piscina de purificación y aún se encuentra una escalera de piedras bien conservada que pasa por un costado del santuario de Huarivilca, el que nos lleva a un manantial del cual se dice que los huancas recogían 'agua sagrada'. En la actualidad este manantial sigue abasteciendo de agua a los pobladores del anexo de Huari.
Cuenta la leyenda que si los miembros de una pareja beben juntos del agua que brota del manatial, y uno de ellos es infiel al otro, entonces el infiel muere.